Volvemos, después de un tiempo, a leer noticias sobre una fusión de las cajas de ahorro que tienen su sede en esta Comunidad Autónoma. La noticia, publicada en un periódico de Valladolid, aludía a la integración de las carteras de participaciones industriales y de las obras sociales, como paso previo a la fusión. Esto, supuestamente, no se produce como resultado de una negociación entre los directivos de las propias entidades, sino de unos acuerdos alcanzados entre representantes de los dos partidos mayoritarios. Ante esta noticia, me pregunto en primer lugar: ¿quienes son estos señores para negociar en nombre de unas entidades a las que no representan, ni en las cuales tienen puesto alguno en el organigrama directivo?. Se ve claro que son los políticos los que quieren meter mano en la caja y nunca mejor dicho. Quieren disolver unas cajas de ahorro, como son las dos de Burgos, la de Segovia y la de Ávila (las cuatro castellanas), muy vinculadas a su tierra a través de la captación del dinero de pequeños ahorradores y con una importante obra social, para fundirlas con otras y crear una macro-caja (con sede en Valladolid, por supuesto) que al carecer de esa vinculación local tan estrecha pueda ser manejada mejor por la clase política autonómica. En segundo lugar, ¿a qué lógica de los mercados financieros responde esta supuesta operación?; dicen que el problema es un tamaño inadecuado para responder a los desafíos de la inversión en la bi-región; pero ¿cuál es el tamaño óptimo?; tal vez haya que iniciar después un proceso de fusión de las cajas de ahorro de toda España, porque se requiere un tamaño más grande, y después ¿por qué no unificar todas las cajas de ahorro de la Unión Europea?. Esto es absurdo, el ahorro de burgaleses, segovianos y abulenses está bien gestionado por unas cajas de ahorro que tienen unos buenos índices de eficiencia y unos beneficios que han repercutido en el bienestar de sus provincias. ¿No hemos oído repetir hasta la saciedad que el ahorro captado debe ser reinvertido en el territorio donde se ha generado?; pues bien, señores políticos, el ahorro de burgaleses, segovianos y abulenses que siga quedándose en su tierra. Pretenden ustedes acaso que, con el ahorro de abulenses, segovianos o burgaleses, se financien sus proyectos políticos en Valladolid o en otros lugares, o se contribuya al apuntalamiento de sus redes clientelares. Si finalmente consiguen su propósito nos vamos a encontrar con una gran entidad en la que no nos reconoceremos, con la que no nos identificaremos; controlada y manejada a su antojo por la clase política; que invertirá atendiendo a criterios oportunistas o políticos; con una obra social diluida en un territorio bastante superior al de la mayoría de los estados europeos; una caja que escapará por completo al control de sus empleados e impositores. Es momento de oponernos con todas las fuerzas, como burgaleses y castellanos, a esta monumental estafa que nos preparan bajo el lema de “mayor músculo financiero”.
Lesmes Peña
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