El próximo fin de semana Italia elegirá a sus representantes en ambas Cámaras con la esperanza de que, por fin, el primer ministro pueda completar la legislatura, cosa bastante poco habitual en el país transalpino durante las últimas décadas.
Entre la amalgama de partidos y alianzas, dos coaliciones son presentadas como las favoritas: el Pueblo de las Libertades (derecha) del sempiterno Berlusconi, tercer hombre más rico del país; y el Partido Democrático (centro izquierda) del ex alcalde de Roma, Walter Veltroni, novato en combates a nivel nacional.
Dos caras de la misma moneda; un Zapajoy a la italiana.
Como convidados de piedra quedarán, al menos hasta que llegue la hora de realizar pactos post electorales, la Liga Norte del filofascita Bossi, la Italia de los Valores (centro izquierda), la Izquierda Arcoiris, los democristianos...
El gobierno entrante no va a tener precisamente un camino fácil desde el momento en que comience a dirigir el país desde el Palazzo Chigi. Con los salarios más bajos de la "eurozona" (por debajo de Grecia)y una economía sumergida del 25%, a los que se han unido escándalos alimentarios como el caso de la mozarella o el del "brunello" toscano, Italia pretende sobreponerse a los últimos conflictivos tiempos.
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