jueves, 22 de mayo de 2008

A la caza del inmigrante

La sensación de que Europa comienza a ser una fortaleza con su mediterráneo foso protector alrededor, es lo que a uno le viene a la cabeza observando estos días la realidad italiana. Una editorial del International Herald Tibune hace algunas fechas decía: "Si no hubiera atacado a los inmigrantes, Sarkozy tal vez no sería presidente de Francia", sentencia extrapolable a Italia. La tantas veces usada asociación de ideas inmigración-delincuencia llevó a la coalición de derechas al poder de un país que parece haber olvidado su histórica relación con la emigración. El paquete de medidas Maroni que pretende llevar a la cárcel a los “sin papeles” – segundo intento de aprobar una ley declarada inconstitucional en 2004 - ; las redadas contra “ilegales” en el centro de ciudades como Florencia y los ataques xenófobos por parte de seguidores del nuevo gobierno en los suburbios de Nápoles –aún sin condenar desde la coalición gobernante – justifican, cuanto menos, esa imagen medieval que proyecta estos días el país transalpino.

1 comentario:

manzacosas dijo...

Hola. Es preocupante el tema de Berlusconi en Italia y el del resurgimiento del fascismo. Llamemos a las cosas por su nombre, aunque nos duela... Un saludo. Manzacosas